Los canales locales de televisión quedan en desventaja en cobertura; el apagón es un motivo para forzar a esos canales que se actualicen para emitir TDT; además con el fin de señales analógicas se libera ancho de banda utilizable para mejorar otras tecnologías como Internet, Wi-Fi, etc .La inexistencia de un amplio parque de aparatos capaces de recibir y procesar la señal hace pensar que las fechas previstas no se cumplan.
Las repercusiones económicas son muy elevadas, los fabricantes son los que más ganan, pues la obligatoriedad de adaptarse a la TDT requiere que se cambien todos los equipos, la aparición de canales temáticos favorece la entrada de nuevos agentes publicitarios y los operadores de red también ganan pues con las nuevas redes troncales pueden ofrecer servicios de más calidad y les da flexibilidad para la difusión selectiva.
La obligación de la suspensión de las emisiones analógicas queda en entredicho debido al riesgo de una pérdida relevante en el número de telespectadores, pérdida que puede influir en las cadenas comerciales que basan sus ingresos en la publicidad y en la audiencia.Pero ¿Estamos preparados para ello? Tal vez las previsiones de que nos adaptaríamos rápidamente se han equivocado y necesitemos más tiempo para cambiar lo que en un futuro será indispensable para poder ver la televisión y estar conectado con el nuevo mundo moderno y el gran avance tecnológico experimentado.
miércoles, 27 de mayo de 2009
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